lunes, 11 de agosto de 2014

insomne



Adiós a la cordura que exhala su último aliento a las dos de la mañana y se disuelve irremediablemente en el aire. Se retira deshilachado en fibras.

Explosión de alivio agazapado, tambaleo rítmico, respiraciones que vivo.

Todos los pétalos que soy; auto proclamados tonales, crecientes, resonantes, están enamorados -perfumados- de las dos de la mañana.

Mi virtud es la ceguera. La maravillosa ceguera que me permite incrustarme en todo el cuerpo la visión de las horas auténticas, breves, inconsolables.


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